
El éxito en la vida
Es para las personas y los grupos que están comprometidos con los desafíos del presente.
Y si no es así, nos espera hasta que estemos listas-os.
El éxito exige crecimiento consciente. Implica dejar las memorias del pasado. Nos pide entrega creativa a lo nuevo.
La realidad con sus desafíos manda.
Nos exige dejar de repetirnos. Necesita nuestro enfoque, energía y vitalidad creativa en esta realidad. La aceptación de la incertidumbre es parte de la fórmula.
El éxito no es algo estático, pueden haber momentos vitales en que algo de la realidad nos afecte de tal manera, que nos exija un enfoque total o parcial a un desafío que nos mantenga en la sensación de fracaso.
Por ello asumimos que el éxito crece con la persona, con sus altos y bajos. La manera de enfrentar esos “fracasos” darán la posibilidad de apertura a un nuevo salto cuántico a más y mejor o al estancamiento persistente.
Éxito es pasar de sobrevivir a vivir. Implica rendición, aceptación a TODO como es y a todas las personas como son.
El éxito está en lo cotidiano, por ello todo merece nuestra atención y dedicación.

EL ÉXITO EN LA VIDA
Es para quienes están en el presente. Y si no es así, nos espera hasta que estemos listas-os y podamos dejar las memorias del pasado para enfocar nuestra energía y vitalidad en esta realidad.
Éxito es pasar de sobrevivir a vivir e implica rendición, aceptación a TODO como es y a todas las personas como son.
Está en los cotidiano. Todo es importante. Todo merece nuestra atención y dedicación.
Desarrollamos conductas como posponer todo para mañana. El diálogo mental se enfoca en justificaciones como “no puedo porque falta el dinero y los recursos para iniciar o mantener el proyecto”; o pensamos: “si tal o cual me ayudara podría concretar tal sueño».
Cuando me comparo con otros digo “soy demasiado viejo, demasiado joven, mujer, hombre….” Cuando el tiempo y los recursos son mal administrados. Cuando no actúo porque, justo, he enfermado, o porque estoy esperando la gran oportunidad. Cuando prolongo situaciones sin cortar o cambiar, sin buscar una salida. Cuando culpo a otros por nuestro fracaso.
Las claves sistémicas ayudan a dejar las memorias infantiles de fidelidad al fracaso como una conducta profunda de pagar por otros. Para pasar a permitirnos avanzar, aceptando y agradeciendo lo que hay, tomando nuestro lugar y conectar con nuestra creatividad para avanzar.
Lo que nos aleja del éxito es el juicio, la clasificación. Si rechazamos lo que hay creamos resistencia y desgaste y atraemos lo que rechazamos, y se hace más fuerte y crece. El punto de partida es la aceptación del padre y de la madre.