
Áreas de trabajo
Desarrollamos en profundidad las áreas clave que influyen en nuestro bienestar integral y desarrollo personal, ofreciendo herramientas y enfoques para abordar los desafíos de la vida.
La Familia: Sistema familiar, lazos y lealtades
La familia es un eje cultural que determina nuestra actitud existencial y define nuestra forma de relacionarnos. A un nivel profundo, estamos unidos a nuestro sistema por lazos de amor y lealtad. La misión de la familia consiste en cuidar y proteger la vida. Hacer todo por y para estar a salvo y bien. Ofrecer a sus integrantes cobijo, seguridad e identidad: “la sensación de ser nosotros-as nos hace sentirnos seguros-as”. Sin embargo, la seguridad que ofrece el grupo familiar entra en fricción con la necesidad adulta de desarrollar la autonomía. La necesidad de avanzar de manera individual para continuar con la propia vida. El adulto necesita crear un nuevo espacio vincular, una nueva familia, nuevos amigos coherentes con su necesidad individual y misión. Necesita aportar nuevas formas para cuidar y hacer crecer la vida hoy.
Relación padres-madres / hijos-hijas: Roles inconscientes y dinámicas familiares
Emociones: Impulsos, estados emocionales y bienestar emocional
Las emociones son impulsos, son energía y emergen con un fin. Responden a un estímulo de la realidad, algo ha sucedido o está por suceder. Cuando acaban, algo ha cambiado porque nos guían en una acción necesaria. Funcionan como circuito. Duran poco y son eficaces porque la acción que le sigue resuelve algo del presente. Sin embargo, existen una gama de emociones y sentimientos que se instalan y no cesan. Aparecen regularmente bloqueando la interacción con las personas y situaciones de nuestro entorno. Solemos identificarlos como “estados emocionales” que lo impregnan todo y con frecuencia perdemos la claridad de cuándo y para qué surgen. Suelen ser intensos y se manifiestan con fuerza. Se alimentan de pensamientos recurrentes o habituales. Pensamientos que evocan experiencias pasadas o de anticipación. Las personas tenemos esa capacidad de evocar algo, recrear algo impactando en nuestro estado emocional y condicionando las acciones. Estas emociones son totalmente ineficaces, porque no responden a un estímulo de la realidad o, al menos, lo que sucede no tiene proporción con el estado anímico que nos generan.
La Pareja: Vínculo humano, intimidad y autonomía
La relación de pareja es el vínculo humano más deseado y el que más nos desafía. Por un lado, deseamos la intimidad con otro-a y, a la vez, nos da vértigo exponernos tal y como somos. Los pilares que la sostienen y están en constante movilidad como la vida misma son el amor, el dar y recibir, la sexualidad, la intimidad y la convivencia. La intimidad en la pareja se construye. Es fruto de una evolución donde las dos personas necesitan ir logrando sanación y autonomía. Separarse de los padres y de los hermanos-as es fundamental. La dependencia de la familia de origen muestra infantilismo y temor de crecer y avanzar. Me quedo en la dependencia y hago que los otros dependan de mí, así es imposible abrirnos a algo nuevo, la energía se nos estanca. La vivencia en pareja pide el haber superado la simbiosis infantil. Por eso, es la experiencia de relación humana más exigente y, si lo logramos, es la más nutritiva.
Las relaciones: Vínculos sociales, pertenencia y patrones relacionales
Nuestra fuerza: Yo adulto, autonomía y creatividad
Habitualmente solo percibimos lo que conocemos y lo que nos dejan ver nuestras creencias. Para ampliar la mirada y abrirnos a lo desconocido necesitamos cultivar nuestro yo adulto. Es un trabajo sobre uno mismo que necesita tiempo y espacio. Es una tarea que nos llevará toda la vida. La fuerza adulta se expresa en autonomía y creatividad para abordar los desafíos de la vida. Cuando no estamos en ella, estamos centrados en “lo que queremos o deseamos”. Y cuando no se da, nos invade la frustración y no podemos ver más allá. La capacidad adulta puede avanzar en la trama del obstáculo, desarrolla nuevas estrategias y pone en marcha nuevos recursos adaptados a la realidad.
El trabajo y la realización profesional: Desarrollo profesional y bienestar laboral
Dinero y abundancia: Prosperidad, equilibrio y bienestar financiero
El éxito: Compromiso, crecimiento y entrega
El éxito se alcanza cuando las personas y los grupos se comprometen con los desafíos del presente. Requiere un crecimiento consciente, dejar atrás las memorias del pasado y entregarse creativamente a lo nuevo. La realidad nos exige enfoque, energía y vitalidad creativa, así como la aceptación de la incertidumbre. El éxito no es estático y puede verse afectado por momentos difíciles, pero la forma en que enfrentamos esos «fracasos» determina nuestra capacidad para avanzar. En esencia, el éxito implica pasar de sobrevivir a vivir, aceptando la realidad y a las personas tal como son, y dedicando atención y esfuerzo a lo cotidiano.