LA FUERZA DEL ADULTO
Habitualmente solo percibimos lo que conocemos y lo que nos dejan ver nuestras creencias. Para ampliar la mirada y abrirnos a lo desconocido necesitamos cultivar nuestro yo adulto. Es un trabajo sobre uno mismo que necesita tiempo y espacio. Es una tarea que nos llevará toda la vida.La fuerza adulta se expresa en autonomía y creatividad para abordar los desafíos de la vida.
Cuando no estamos en ella, estamos centrados en “lo que queremos o deseamos”. Y cuando no se da, nos invade la frustración y no podemos ver más allá.
La capacidad adulta puede avanzar en la trama del obstáculo, desarrolla nuevas estrategias y pone en marcha nuevos recursos adaptados a la realidad.
LA FUERZA ADULTA hace que nuestros actos sean más eficaces creando una resonancia abierta a los demás. Hace que los actos se vuelven eficaces y focalizados. Estamos ahí con toda nuestra capacidad transformadora para una nueva realidad.
Decía Bert Hellinger que “la intuición” solo actúa cuando miro la solución, porque la mirada de aquel que contempla solo el problema se vuelve estrecha, observa los detalles y se pierde el todo. El que mira la solución siempre tiene al todo en su mirada y desde ese contexto la salida se ve más grande.